Voy a escribir verborragica hasta que me sangren los dedos,
por que en esta intensidad de precipicios el ojo no ve el
camino y se siente fuego.
Por que en este andar tan firme,
se afilan los cuchillos que luego serán las armas del
encuentro.
Así tan veloz el zarpazo como el destierro.
Se deforma la cara de los serios y los tranquilos.
Y me inundo con tu boca y tus miserias que aceptas tan vivo,
y mi cabeza que tiembla, como tiembla la tierra, como tiemblan las piernas
cuando estas adentro mió.
Como temblamos nosotros cuando vemos el destino; cuando
sabemos que lo que vale, vale tanto por finito
Entonces una lágrima que se parece un grito de todo un
pueblo se esconde de tus impunes dichos.
El que avisa no traiciona y otra vez y otra vez la
intensidad del precipicio.
Por que tan alto volamos entonces? Le dijo este pájaro a su
compañero.
Por que abajo el dolor nos mato de espanto…
Pero prefiero mil veces destrozarme en mil pedazos después
de haber tocado el cielo. Que morir en la tierra seca después de haberme ganado
el miedo
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